Elegía del albor
- Elipsis Diseño y Maquetación
- 15 abr
- 1 Min. de lectura
L e v e n L o F
Poesía

Desde que desde la desdicha dicto,
deseo que el desdén me deshilache.
Duermo de día, pues dudo de noche
donde debiera ser desinhibido.
Tanto tumulto me tiene intranquilo,
tenso, tendido y también titilante.
Temo ya no tentar el horizonte.
Tan turbulento tremor me ha tundido.
Paso a paso, pienso y la paz persigo;
pues mi penitencia es un disparate.
Padres, si crispo, pido mil perdones:
probablemente esté un poco perdido.
Corazón mío, cesa ya, cariño.
Quisquillosa calentura cansante.
Calma, querido: sufrir te corrompe.
Quiero que aquietes, que sigas conmigo.
Por ti sufro y sin ti me parto a gritos.
Grato me es que seas mi acompañante.
Sé que aquí seguirás cuando mejore,
cuando todo se haya desvanecido.





Comentarios